domingo, 27 de noviembre de 2011

La Amada Ninfa

Una extraña criatura varonil que se encontraba sola, atada en un lugar. Sedienta de compañía. Deseando ser libre y poder experimentar lo que otros llamaban amor.
Hasta que un día de entre las sombras una ninfa se le acerco. Y comenzó a golpear sus cadenas, hasta que lo libero.

El sin fuerzas, sin aliento y con una nueva esperanza en su torturado corazón la miro. Y se preguntaba… esta hermosa y bondadosa criatura, ¿quien será? Mientras lo pensaba las palabras salieron de sus labios sin pedir permiso…

Él: ¿quién eres?
Ella: yo soy tu dueña. Soy cierta escencia que busca afanosamente el brillo de tus ojos, el fuego de tu corazón, y el almíbar de tus labios. Soy tu razón de ser y de existir. La que tú has buscado y encontrado. La que se perdió y encontró el camino de regreso a tu corazón y tu vida.
Él: todo eso, pero ¿qué quieres, de este ser perdido en el tiempo? Ya no soy quien era… ni me reconozco ya.
Ella: busco devolverte tu valor, tu sentido y tu camino, porque para mí lo eres todo.
Él: pero, ¿por qué?
Ella: por la simple razón, que en ti encuentro todo lo que deseo, anhelo. De la llegada de tu amor la cual permitió una explosión de sentimientos constantes y de entrega. Porque tu ser está lleno de mil colores que te hace único y especial.
Él: no lo recuerdo. ¿me enseñas?
Ella: claro que si amor, te lo hare recordar para siempre.

Al decir estas palabras, se apoyaron en cada uno. Lentamente salieron de aquel lugar y se enfrentaron a la libertad… en donde vivieron y experimentaron su amor al máximo… y lo disfrutaron.

KJVA

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Absolutamente hermoso :) como esa ninfa escribe

Anónimo dijo...

De manera urgente quiero robarte para mi
te pido....solo un minuto...
en 60 segundos podría hacerte feliz
podría cambiar tu mundo
podrías morir por mi,
no hay manera de escapar

te pido...solo un minuto,
en 60 segundos correrías a mi
si supieras la ternura que provoca tu nombre en mi pecho,
si contaras mis palpitaciones
cuando te dibujo en mi memoria,
si por un minuto escucharas mis deseos.